Me ha gustado este artículo en el Norte de Castilla de un tal Juan Pérez Andrés. Bien escrito. Cumple, a mi parecer, con las tres claves que deben regir todo buen periodismo: informar, formar y entretener.
Hijas de la tormenta
Esta región, que se debate hoy en sus nuevas señas de identidad -entre el corazón, la marca y el frenazo financiero- atesora un amplio listado de materias o sectores que lidera en silencio. Una de ellas está ligada a la micología como ciencia, fenómeno cultural, incentivo turístico, proyecto social con raíz rural, riqueza económica y medioambiental y aprovechamiento forestal, entre otras. No está el corro para brujas y las hijas de la tormenta (que así describe la literatura a las setas que brotan después de las lluvias), este año están en horas bajas. Vendimia de libro y añada excelente de vinos, desastre para los micólogos y para las empresas de transformación. Debido a su rica diversidad y a una orografía generosa con impresionantes masas forestales, Castilla y León es la región que lidera el fenómeno de la micología en todas sus vertientes. Empezando por la cantera científica de las asociaciones micológicas de la región, que fueron las que esparcieron la cultura de las esporas en la sociedad. Por cierto, ya va siendo hora de que llegue el merecido aplauso social a este colectivo. El mundo de las setas ha logrado reordenarse desde las normativas y la implicación de las instituciones. El proyecto Myas fue definitivo y las líneas de investigación del centro de Valonsadero rubricaron su importancia. La gastronomía, por último, recoge todo ese bagaje y lo traslada al común utilizando su poder mediático.
La pasada edición de Soria Gastronómica, coordinada por Madrid Fusión, acercó a las estrellas de mayor relieve de la cocina de vanguardia a la ciudad machadiana. 'Buscasetas' movilizará dentro de unos días a 140 restaurantes, que se comprometerán a elaborar varias recetas con setas durante el periodo de las jornadas de ámbito regional. He aquí otro ejemplo de pervivencia del fenómeno micológico. Una mala recolección no equivale a ausencia de materia prima. La industria transformadora, con casi una cuarentena de empresas, puede paliar la situación. Esto explica las cerca de 50 jornadas gastronómicas en diferentes restaurantes, las exposiciones de las asociaciones micológicas, los concursos de tapas y la insistencia en utilizar setas en cartas, menús y platos presentados a diferentes concursos.
Lo importante es que ahora todos tengan la lección bien aprendida y que sepan trasladar al cliente, al comensal, al aficionado y al visitante, el mensaje regional, el de la marca, el del corazón, el que nos va colocando en el mapa nacional por despuntar en otra varilla de calidad de abanico cultural. El vino de calidad tiene muchos sellos, procedencias, variedades y zonas, que trasladan una imagen de calidad del vino de Castilla y León. Este es el mensaje que debe afianzar el desarrollo del fenómeno cultural, medioambiental, económico y alimentario de las setas en la región. Sin abandonar asignaturas, como el aprovechamiento de las masas de encinares, y siguiendo el ejemplo de las 600 hectáreas de encina micorrizada de Abejar (Soria), que lidera la producción mundial tuber melanosporum, es decir, del diamante negro: la trufa
Hijas de la tormenta
Esta región, que se debate hoy en sus nuevas señas de identidad -entre el corazón, la marca y el frenazo financiero- atesora un amplio listado de materias o sectores que lidera en silencio. Una de ellas está ligada a la micología como ciencia, fenómeno cultural, incentivo turístico, proyecto social con raíz rural, riqueza económica y medioambiental y aprovechamiento forestal, entre otras. No está el corro para brujas y las hijas de la tormenta (que así describe la literatura a las setas que brotan después de las lluvias), este año están en horas bajas. Vendimia de libro y añada excelente de vinos, desastre para los micólogos y para las empresas de transformación. Debido a su rica diversidad y a una orografía generosa con impresionantes masas forestales, Castilla y León es la región que lidera el fenómeno de la micología en todas sus vertientes. Empezando por la cantera científica de las asociaciones micológicas de la región, que fueron las que esparcieron la cultura de las esporas en la sociedad. Por cierto, ya va siendo hora de que llegue el merecido aplauso social a este colectivo. El mundo de las setas ha logrado reordenarse desde las normativas y la implicación de las instituciones. El proyecto Myas fue definitivo y las líneas de investigación del centro de Valonsadero rubricaron su importancia. La gastronomía, por último, recoge todo ese bagaje y lo traslada al común utilizando su poder mediático.
La pasada edición de Soria Gastronómica, coordinada por Madrid Fusión, acercó a las estrellas de mayor relieve de la cocina de vanguardia a la ciudad machadiana. 'Buscasetas' movilizará dentro de unos días a 140 restaurantes, que se comprometerán a elaborar varias recetas con setas durante el periodo de las jornadas de ámbito regional. He aquí otro ejemplo de pervivencia del fenómeno micológico. Una mala recolección no equivale a ausencia de materia prima. La industria transformadora, con casi una cuarentena de empresas, puede paliar la situación. Esto explica las cerca de 50 jornadas gastronómicas en diferentes restaurantes, las exposiciones de las asociaciones micológicas, los concursos de tapas y la insistencia en utilizar setas en cartas, menús y platos presentados a diferentes concursos.
Lo importante es que ahora todos tengan la lección bien aprendida y que sepan trasladar al cliente, al comensal, al aficionado y al visitante, el mensaje regional, el de la marca, el del corazón, el que nos va colocando en el mapa nacional por despuntar en otra varilla de calidad de abanico cultural. El vino de calidad tiene muchos sellos, procedencias, variedades y zonas, que trasladan una imagen de calidad del vino de Castilla y León. Este es el mensaje que debe afianzar el desarrollo del fenómeno cultural, medioambiental, económico y alimentario de las setas en la región. Sin abandonar asignaturas, como el aprovechamiento de las masas de encinares, y siguiendo el ejemplo de las 600 hectáreas de encina micorrizada de Abejar (Soria), que lidera la producción mundial tuber melanosporum, es decir, del diamante negro: la trufa
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