miércoles, 29 de octubre de 2008

Love-Hate




Leo esta noticia en un periódico del pueblo….

Al parecer los circuitos del cerebro que se activan para odiar son los mismos que se emplean para amar. Esto nos podría explicar porque dos opuestos sentimientos conllevan tan similares comportamientos.

Unas de las mayores diferencias estriba en que partes del córtex cerebral, asociadas al juicio y razonamiento, se desactivan más cuando amamos que cuando odiamos. Con lo que es cierto que al amar nos volvemos más tontos…..aun si cabe.

Me recordó que tanto lo uno como lo otro lo hacemos desde uno. Por tanto, está en nuestra mano (o en nuestra cabeza) la posibilidad de hacerlo mejor. Y seria deseable un trabajito interior que nos acerque a un verdadero saber y no a un arbitrario opinar (…Jung).

Aprender a odiar bien o saber amar mejor me parecen claves para ir alcanzando algo que le doy últimamente a la cabeza, la perspectiva.

Además, como dicen estos requetelistos (pues hay que serlo para estudiar el cerebro) al fin y al cabo es lo mismo.

1 comentario:

John Trombón dijo...

Me ha encantado que las áreas cerebrales encargadas del asunto se llamen 'ínsula' y 'putamen'. jiji

Yo también estoy vigilando el asunto 'cómo tomarme la vida' (para mejor, se entiende). Creo que es una de las claves. Y se me hace muy evidente que el acercamiento es circular. Cuando me asalta un pensamiento 'malo' siempre reconozco la posibilidad de cambiarlo desde dentro: hay veces que puedo hacerlo instantáneamente, otras que decido no hacerlo y otras que no puedo, por mucho que quiera. Pero el caso es que siempre tengo presente la posibilidad del autoarreglo interno.

uuuh, que me enrollo...
Un besooo