viernes, 5 de septiembre de 2008

Una vuelta al mundo por una plaza....


Como en una propuesta literaria de Julio Verne, en el popular mercado de Camden, una plaza propone un viaje de sabores por lugares del mundo.

Los fines de semana de entre el gentío, los puestos del mercadillo y el canal del río emerge una lonja de viandas y condumios de variados y atractivos destinos.

En el apacible paseo vamos descubriendo un puesto turco donde ofertan Shish Kebabs, brochetas de carne como el cordero, acompañado de vegetales fuertemente condimentados. Mientras, dos mujeres del lugar, trabajan una masa de pan con las manos embadurnadas de harina que acompañan con una apacible conversación.

Dos enormes paelleras presentan el puesto español, un letrero rojo y gualda anuncia tapas y un aguerrido vendedor invita a degustar el chorizo a grito bravío.

Unas jóvenes niponas realizan Takoyaki, bolitas de pulpo (tako en japonés) y jengibre que fríen sobre unas parrillas ovaladas para dar la forma a la masa.

El argentino presume de vender carne de primera, entre “Pan de Hamburguesa” y aderezado con pimientos y lechuga. A su lado, una vitrina de la universal empanada como opción para algo ligero.

El puesto africano ofrece una muestra de guisos de lo más vistoso, de pollo o cabra, ambos al curry, de patata, de arroz, de judías, todos ellos con la alternativa de acompañar con ensalada.

Venezuela vende sus “Arepas”, pan de maíz sin gluten ni levaduras con relleno a elegir de entre queso, pollo con aguacate, plátanos, carne mechada o caraotas (frijoles negros) creando tu propia combinación.

Otro japonés hace el Yaki Soba Noodle, popular Fast-Food del país, compuesto por los fideos fritos y crujientes, se puede guarnecer de los internacionales dumpling (masa fundamentalmente compuesta de harina con algún condimento, de forma esférica, se cuece en el interior de la sopa para aportar sabor y consistencia).

Un mejicano de fajitas, con su relleno de pollo y carne de res, aderezado con cebolla, pimiento, tomate y aguacate.

La reina del falafell, como así se anuncia y como así lo vende, dispone estas bolitas fritas con aspecto de croqueta para probar como mezze (la tapa en el Este mediterráneo) o rellenando junto con lechuga un “Pan de
Pita”. El falafell se cree originario de Egipto, donde se realizaba con habas. En su viaje por el medio oeste, fue sustituido en su preparación por el garbanzo. Una vez cocido y secado se hace una masa añadiéndole cebolla, perejil, especies como el comino y harina hasta dar solidez. Se reboza por semillas de sésamo antes de freírlas y quedar doradas y crujientes.

Israelíes y palestinos comparten su consumo……curiosidades!!

Un puesto de potajes del caribe, guisos calidos y sensuales ofrecidos por su lugareña…. que no he tenido ocasión de probar, son más ejemplos de las cosmopolitas propuestas.

Interesante y curiosas son las distintas versiones de panes que encontramos en el paseo: Pitas, Arepas, Baguettes, Ciabattas, Hamburguesa, Mantous, Tortillitas, Righfas…variaciones culturales del humilde alimento.

La oferta se alarga si queremos endulzar la boca, un kiosco de enormes galletas de chocolate, otro de brownies, otro de trufas, otro de funges (dulce ingles en forma de turrón, elaborado con mucho azúcar, leche y mantequilla al que se añade cacao u otros dulces aderezos) que hace furor entre los dentistas del lugar.

O la opción zumos, de enigmáticas mezclas como el mexicano rojo, de naranja, zanahoria y remolacha o el Sunshine cambiando esta última por jengibre. Si no eliminan la resaca, te tumba definitivamente.

Para terminar chocolate, te o café

Tras la dura decisión de elegir, en cualquier esquina o rincón, en las escaleras o junto al canal, la gente se acomoda desenfadadamente para degustar su internacional preferencia. Humildes platillos y tenedores de plástico como única cubertería en un ambiente festivo y desenfadado, y sin más mesa y mantel que las ruidosas tertulias o la agradable conversación.

En fin, bello ejemplo de la actividad humana por excelencia que es el cocinar, trasformando los productos de la naturaleza, bajo el legado y la tradición cultural, en algo profundamente diferente para saciar el hambre y alimentar el espíritu……Y ganar dinero, Que coño !!!

1 comentario:

John Trombón dijo...

Man can tao. Es publicable.

Un beso, guapo…