Voy a poner en marcha la Receta-Amigo. Una historia que tenía pensada hace tiempo y que seria bonito que durase.
La idea es hablar sobre una receta que posea para mi alguna relación con una persona allegada. Sea que la hayamos comido juntas, hablado o cualquier otro motivo o recuerdo que me traiga ese ser querido.
Empezamos por una:
Ensalada de Peras al Vino con Queso Azul.
Esta receta tuve la ocasión de compartirla con dos amiguitos del pueblo: Yaron y Emma. De Israelí él y sueca ella. Tuvimos la suerte de compartir casa, en un breve periodo de divertida convivencia, del que ha quedado un agradable trato.
El dia que nos juntamos comimos un pasta con salsa de setas que preparo él, y esta vistosa ensalada hecha por mi, que fue del agrado de todos, incluso del mío.
Es una ensalada de peras cocidas al vino. La realice con la variedad de pera forille, es dulce y jugosa, posee una textura firme que adapta muy bien para la cocción. Su mejor época es el otoño, pero las probadas en otras estaciones también resultan muy sabrosas.
Tras pelarlas cuidadosamente, se cuecen lentamente, cubiertas por un vino de cuerpo. Es decir una uva que posea fuerza, como la Cabernet Sauvignon, para que le otorgue a la pera su aroma y color, y un Vino de Oporto que rebaja la acidez y aporta dulzor. A este caldo se añade un palito de canela, media vaina de vainilla y azúcar que aromatizan y dulcifican la cocción.
Una vez tierna, unos 15 minutos, se retira del fuego y se deja enfriar sumergido en su propio caldo, lo que favorece la maceración de la pera que adquiere color y sabor. Por ello lo optimo seria cocerlas la víspera, pero ya sabemos como andamos todos de tiempo…
Una vez frías, y a la hora de comer, se parten en gajos, y (sin que el amor intervenga en esto…..) se retira el corazón de la pera.
Con el queso azul, a temperatura ambiente, hacemos un crema triturándolo y ayudado por un poquito, solo un poquito, de leche o nata.
Rellenamos lo gajos con la crema de queso. En el centro del plato disponemos una ensalada al gusto, que bien podría ser de berros aliñados con una vinagreta de aceite, vinagre de malta, sal pimienta y daditos de fruta desecada como los orejones (de melocotón, de albaricoque o incluso de pera) que suavizan y dan textura al aliño.
Con el caldo de maceración de las peras se poner a reducir con azúcar hasta conseguir una consistencia de jarabe que, una vez frío, servirá para verter con mesura por encima de la ensalada a modo de salsa.
Y sin mas a comer, a degustar y a disfrutar…
Esto...ejem....que..la foto se hace antes, no?.....ahinnn me cahis....
Me viene a la cabeza el pensamiento de cómo fluyen los afectos en el pueblo. La situación de estar fuera de tu entorno más habitual, sin duda tiene que afectar. Disparara unas sensaciones y apaciguara otras. Como siempre, todo dependerá desde el punto en que se viva. Y como todo, seguro que tiene su parte bonita y enriquecedora que me apetece vivir y disfrutar.
Pero joder como os echo de menos....
1 comentario:
(por alusiones, snif)
…y por eso has decidido ponernos los dientes largos enseñándonos lo que les preparas a otros, so mamonazo ?!?!?!?
Jodá, slurp, es que suena mu rica la ensaladita esta… Sabes si la venden ya lista en el Lidl ??? jiji
Porcier, resérvame la receta "bocadillo de jamón", please. Yo también te echo de menos, guapo. Un besito
Publicar un comentario