La FAO (Food and Agriculture Organization de las Naciones Unidas) lleva en los últimos meses publicando informes que alertan sobre la crisis alimentaría producida por la fuerte subida de precios y de su extensión planetaria. Este tsunami silencioso, como por ahi he leido, golpea contundentemente a los países pobres (o en vías de desarrollo por emplear un eufemismo bastardo).
Algunas de las razones esgrimidas, como los efectos en las cosechas del cambio climático, el aumento de población en el mundo y su variacion en sus hábitos de consumo, donde ahora los pobres tambien se empeñan en comer carne y leche, o la desviación de cultivos para el uso de biocombustible. Sin dejar de ser ciertos solo cubren, a mi entender, una parte del problema.
Como ciudadano del primer mundo asisto perplejo al dispendio alimentario que se produce cada día. La industria hostelera, y en especial los establecimientos de una supuesta mas alta categoría, reconocen el derroche de al menos 1/3 de sus elaboraciones (la realidad será mas, seguro) que van a parar directamente a la basura en consecuencia a los métodos de trabajo empleados.
Diariamente se prepara una elaboración destinada al servicio que garantice el mantenimiento de unos estándares de calidad, servicio y rapidez de unas previsiones que nunca se llegan a cumplir. Todo ese excedente queda inutilizado para el siguiente día en que se repite la historia.
No estaría mal, en estos tiempos de reclamo ético en el sector (…cuanta careta habría que quitar..) que empezáramos a considerar para su evaluación profesional el uso que hace un establecimiento de un bien común como son los alimentos.
Si ademas añadimos que en nuestro querido primer mundo, la dieta diaria supera un 30% el consumo de las necesidades orgánicas, vemos que una vez mas la generosidad del Planeta debe combatir con el mal uso que el Hombre hace de ella.
Del próximo 3 al 5 de Junio tendrá lugar en Roma una conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno, auspiciada por la FAO, donde hablaran acerca de los problemas del alza de precios, bioenergia, cambio climático y demás. Aun atentos a sus propuestas, estaría bien que empezáramos por concienciar nuestras aptitudes y favorecer otras actitudes.
Algunas de las razones esgrimidas, como los efectos en las cosechas del cambio climático, el aumento de población en el mundo y su variacion en sus hábitos de consumo, donde ahora los pobres tambien se empeñan en comer carne y leche, o la desviación de cultivos para el uso de biocombustible. Sin dejar de ser ciertos solo cubren, a mi entender, una parte del problema.
Como ciudadano del primer mundo asisto perplejo al dispendio alimentario que se produce cada día. La industria hostelera, y en especial los establecimientos de una supuesta mas alta categoría, reconocen el derroche de al menos 1/3 de sus elaboraciones (la realidad será mas, seguro) que van a parar directamente a la basura en consecuencia a los métodos de trabajo empleados.
Diariamente se prepara una elaboración destinada al servicio que garantice el mantenimiento de unos estándares de calidad, servicio y rapidez de unas previsiones que nunca se llegan a cumplir. Todo ese excedente queda inutilizado para el siguiente día en que se repite la historia.
No estaría mal, en estos tiempos de reclamo ético en el sector (…cuanta careta habría que quitar..) que empezáramos a considerar para su evaluación profesional el uso que hace un establecimiento de un bien común como son los alimentos.
Si ademas añadimos que en nuestro querido primer mundo, la dieta diaria supera un 30% el consumo de las necesidades orgánicas, vemos que una vez mas la generosidad del Planeta debe combatir con el mal uso que el Hombre hace de ella.
Del próximo 3 al 5 de Junio tendrá lugar en Roma una conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno, auspiciada por la FAO, donde hablaran acerca de los problemas del alza de precios, bioenergia, cambio climático y demás. Aun atentos a sus propuestas, estaría bien que empezáramos por concienciar nuestras aptitudes y favorecer otras actitudes.
Seguro que podemos y sabemos hacerlo mejor.